miércoles, 20 de febrero de 2013

Asamblea en el Circo...


Hace algún tiempo, no tiene mucho en realidad, de hecho fue el martes de la semana pasada. Lo recuerdo claramente, era de noche el cielo estaba lleno de estrellas y la luna se asomaba brillante, alta bien alta, tan hermosa y tan plateada como siempre, el aire era fresco y acariciaba  con dulzura las hojas de los arboles que se movían de un lado a otro, como bailando una bonita melodía.

Pero bajo la carpa del circo todo era muy diferente,
Hacía un calor insoportable, los golpes del látigo aún dolían y todos teníamos sed y hambre.

Quizá fue por eso, que al ver que todos los niños se habían ido y los domadores ya están dormidos, decidimos reunirnos todos los animales.

El Elefante, el más viejo y el más sabio de todos presidia la reunión.

-Tenemos que hacer algo- dijo el tigre (molesto, muy molesto)
-hay que ponerle un alto a los humanos-

Brincando el Mono y con todo desesperado dijo
-Así es yo ya no aguanto más, yo no soy payaso de nadie, yo quiero brincar libre por los arboles de la selva, y no vivir en una asquerosa y apestosa celda-

-Vaya vida la nuestra compañeros, gritos, golpes, puros malos tratos, yo ya no aguanto el entrenamiento- dijo el Jaguar mientras enseñaba las heridas aun abiertas que le hizo el látigo en su cuerpo,-tan bonitas manchas que adornan mi pelo, y ahora con tanto golpe ya estoy como el domador; “cada vez más feo”.

El León también comento algo al respecto,
-Tan mal alimentados estamos que se me está cayendo el pelo, mi melena ya no brilla, parezco un peluche viejo-.

-Vamos a desquitarnos- Dijo el Mono, mientras gritaba y azotaba las manos sobre el suelo.

-  ¡SI! ¡SI!, ¡hagámoslo! ¡hagámoslo! Empezaron a gritar fuertemente todos los animales.
-Calmados hermanos, que no estamos locos, dejen de comportarse como humanos- Dijo el Elefante para calmar los gritos, tan calmado y como siempre tan educado; todos guardaron silencio…



El Elefante entonces continúo diciendo
-Hemos sido esclavos del humano por mucho tiempo, arrancados de nuestros hogares, condenados a una vida  de maltrato y encierro, yo nací en la india, un lugar que queda de aquí muy lejos, asesinaron a mi madre y a varios más de mi manada, otros fuimos capturados transportados de manera horrible, muchos en el camino murieron-


El Tigre entonces comento –Yo jamás eh sido libre, naci en cautiverio, y al poco tiempo de haber nacido vendieron a mi madre, solo eh conocido los golpes y el encierro, además le tengo un miedo terrible a los aros de fuego.

El León comento muy serio – Eh escuchado que cuando me sacan a la pista presentan a la salvaje bestia y al valiente domador, que patraña; Yo jamás eh matado por placer, ni golpeado para entretener, cuando era libre yo mataba solo para comer, ellos cazan por deporte, matan sin hambre tener, ¡Brutos, todos son unos brutos!


El Jaguar volvió a tomar la palabra
-Las únicas bestias salvajes son ellos, acabémoslos, es de noche están dormidos somos más fuertes estoy seguro que venceremos.
El Mono grito diciendo
-Yo les apretare el pescuezo a todos y les voy a jalar el pelo-
-Juro por mis rayas- Dijo el Tigre – que cuando ese domador se despierte y se vea al espejo se dará cuenta, aunque ustedes no crean que sea posible, que con mis garras lo deje más feo-
-Eso esta re difícil- Dijo el mono – Si ese domador está bien feo-
-Por mis rayas que quedara peor- reafirmo el tigre y se rio.


-Tranquilos hermanos- Dijo el Elefante con un tono muy sereno – no podemos hacer eso, recuerden que la venganza, es una práctica de la salvaje bestia humana, y recuerden que nosotros como el humano ser, no queremos-

-Además , no todos son iguales “los cachorros, los pequeños, los niños, hay unos que son muy buenos, pero los han engañado estos cirqueros malvados, les dicen que los golpes que nos dan no nos duelen, y que nos gusta vivir encerrados-


-Mejor vámonos de aquí, viajemos por todos lados, busquemos a los niños digámosles la verdad para que no vallan a los circos con animales y podemos vivir en libertad- 

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