El día que los carniceros dejaron de ser sordos,
Pudieron escuchar por primera vez, los llantos de dolor del
cerdo...
La ceguera que era también algo muy característico de ellos
Se curó por completo; y solo hasta ese momento
Pudieron observar con
claridad,
Que sus cuchillos,
sus guantes y sus mandiles, estaban cubiertos con sangre.
Su nariz dejo de estar constipada,
y justo en ese instante pudieron percibir el olor a muerte
y sintieron compasión…
Sus manos olvidaron como cortar gargantas
Y recordaron como acariciar,
Tomaron con dulzura a la inerte victima de su apetito
Y en vez de echarla a la paila a freír, cavaron un foso,
Cortaron unas flores, y le dieron sepultura.
Avergonzados pero ahora capases de sentir y percibir
La vida con todos sus sentidos
Juraron nunca mas volver a hacerlo….
Por: Héctor Alarcón Bernal
Por: Héctor Alarcón Bernal
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